28 octubre, 2008

Mónica en mi cabeza

Querida mía,
Hoy has venido a rondar mis pensamientos. Me has hecho sonreír con los ojos húmedos. Preguntarme ¿qué opinarías de mi si estuvieras aquí?, ¿qué pensaría yo de ti?.
Es probable que hubiéramos vuelto a pelearnos en más de una ocasión, pero el teléfono habría vuelto a sonar con nuestros insultos de amor. Podíamos tirarnos horas diciendo tonterías que sólo nos hacían reír a nosotras. Podíamos entendernos sin palabras hasta en la oscuridad.
Quizá ahora serías una maruja con niños, maravillosa, ajitanada como siempre, manteniendo loco al pescadero con esos ojos llenos de carbón. Tenías esa magia y esa mala leche que despierta admiración y envidia, que a nadie deja indiferente.
Eras esa Chiquilla de la canción.
Quizá podríamos haber tomado esa cervezas que apenas nos dio tiempo a tragar, duplicado esas locuras que siempre cometíamos juntas, habernos conocido como mujeres. Despuntábamos como tales cuando desapareciste.
Quizá la vida hubiera sido distinta si tu hubieras quedado aquí, quizá hubieras sido un desastre...pero daría mis manos por verte discutir con tu madre, hasta enfadarte conmigo.
Allí donde estés siempre te querré.