07 abril, 2010

Rimmel duplicado

La almohada despierta con rimmel de ayer, un sabor amargo bloquea sus ganas de desayunar.
De un salto esquiva los vaqueros desgastados, el sujetador, la camiseta negra ¿camiseta negra? súbitamente descubre que hay un bulto en su cama, un bulto dulcemente expandido en las sábanas, embarullada en su negra cabellera.
Se ríe, le gusta el contraste.Busca el sujetador de entre las prendas del suelo y se encuentra con una horterada de color fucsia y puntilla que no pega nada con la camiseta anterior¿la conocía tan poco? nunca en sus sueños la imaginó así.
Luce hermosa en su descanso y no sabe si despertarla o dejarla sola en su apartamento. Pero no la conoce suficiente y llega tarde.
Se abrocha la camisa sobre la espalda aún moteada de agua, y cuando sólo le quedan los zapatos por poner, escurre sus medias hasta el filo de la cama.
Allí la husmea, quisiera saber si es de fiar, y el olor dulce de su cuerpo a humo y ron le quiere decir que si.
Al fin y al cabo y como diría Sabina "...lo malo no es que huyera con mi cartera y con mi ordenador, peor es que se fuera..."
Y así cierra la puerta de la calle tras ella, esperando que a la vuelta la reciban con arroz caliente, vino y mucho amor.