20 mayo, 2008

Calor de primavera

Le había deseado en tantas ocasiones que se había perdido el curso de sus arrugas, pequeñas rayas de felicidad de sus ojos, el peso de sus problemas en su frente .Ahora lo veía, serio, aparentando que solo pensaba en lo que sus dedos tecleaban, con el sol reverberando en sus ojos del color de los campos de aquel lugar, lejano, en el que había nacido.
El levantó la mirada un segundo, sonrió y creyó ver un destello más allá del reflejo de la primavera, creyó ver una invitación al deseo, a la ensoñación de rozarle.
Imaginó que si estiraba un poquito su pierna podría sentirle, no sabía si se atrevería, pero la sola idea de poder avanzar en ese medio metro que les separaba, la hacía estremecerse. Sintió como su cuerpo se humedecía, como las cosquillas le llenaban la cara interna de los muslos, y el miedo paralizaba sus piernas.
Intentando concentrarse en su trabajo, vislumbró sus rudas manos a través de la pantalla, movían el ratón, las frotaba una con otra, amasaba su propia carne y las desplegaba por el cabello erizado...y otra vez esa mirada, repentina, regalada a sus ojos. Ella moviendo sus pestañas, que raudas se desplazaron hacia el teclado.
Y quiso acercar la mano, coger el mismo lápiz que marcaba su trozo de mesa y coincidir con sus dedos. Y de solo pensar en sus yemas rozando sus poros, se le encogió el corazón de miedo. Quizá le estaba molestando, era su trabajo, venía a este lugar de nadie a concentrarse en sus cosas, y us hormonas le estarían despistando, pues empezó a sentir que las emanaba.
Desde pequeña lo sentía, fue precoz en la sensualidad , pero no lo pudo entender hasta que tomó conciencia de si misma, como un animal que reconoce su sangre al lamerse la herida, así notaba su olor impregnando el aire, llamando al que quisiera sentar sus instintos al banquete del placer....La miró, sonrió, y sus manos se juntaron sobre el lápiz. El debía de haber abierto su olfato a la primavera que emanaba de su vientre...y salieron persiguiéndose, en silencio, dejando que hablara el calor del sol que anuncia el verano.